Enclavada junto al Mediterráneo, Tarragona no solo es sinónimo de vestigios romanos y playas doradas: también custodia entre sus callejuelas un valioso legado medieval que se revela con fuerza en su casco antiguo. A tan solo unos kilómetros de destinos turísticos como Salou, La Pineda, Cambrils o Reus, esta ciudad Patrimonio de la Humanidad ofrece una experiencia única para quienes desean adentrarse en siglos de historia viva.
La ciudad alta, conocida como la Part Alta, concentra gran parte de este pasado medieval. Sus murallas, portales, torres y plazas conservan el trazado de la antigua urbe feudal que creció sobre los restos romanos. Caminar por sus calles empedradas es descubrir castillos, iglesias, casas señoriales y una catedral que aún hoy domina el perfil urbano con solemnidad.
La combinación de mar, cultura y arquitectura convierte Tarragona en una joya histórica de la Costa Dorada que merece ser explorada con calma y admiración. Puedes llegar hasta esta ciudad con los servicios de traslado compartido y servicios de traslado privado, económicos y sostenibles, que ofrece Shuttle2Sun, desde el aeropuerto de Barcelona, el puerto de Barcelona, el aeropuerto de Reus, el aeropuerto de Girona y la estación de tren AVE Camp de Tarragona.
Un legado entre murallas: la historia medieval de Tarragona
Tras la caída del Imperio romano y la llegada de los visigodos, Tarragona experimentó un periodo de transformación que culminaría, siglos más tarde, en su consolidación como un importante enclave medieval. Durante la Edad Media, la ciudad se reinventó sobre los cimientos de Tarraco, convirtiéndose en un núcleo eclesiástico de primer orden y en sede del arzobispado.
El periodo de mayor esplendor medieval tuvo lugar entre los siglos XII y XIV, cuando Tarragona disfrutó de estabilidad y crecimiento económico. Durante este tiempo, se levantaron muchas de las estructuras que hoy se conservan en el casco histórico, como la Catedral, el claustro, el Palacio Arzobispal o la muralla medieval.
La Catedral de Tarragona: corazón espiritual de la ciudad medieval
Dominando la Part Alta de Tarragona, la Catedral Basílica Metropolitana y Primada de Santa Tecla es uno de los emblemas más representativos de la ciudad y una auténtica joya del patrimonio medieval catalán.
Su construcción se inició a finales del siglo XII, sobre los restos de un antiguo templo romano, el Templo de Augusto, y de una iglesia visigoda, lo que refleja la continuidad del carácter sagrado del lugar a lo largo de los siglos.
Consagrada en el año 1331, la Catedral combina elementos románicos y góticos, siendo este último estilo el que predomina en su monumental fachada y en su magnífico rosetón, el más grande de toda Cataluña. En su interior, el visitante puede disfrutar de un imponente conjunto arquitectónico que incluye la nave central, el retablo mayor dedicado a Santa Tecla, elaborado por el escultor catalán Pere Joan en la primera mitad del siglo XV; las capillas, como la Capilla del Santíssimo Sacramento y la Capilla de Santa Tecla.
También destaca, muy especialmente, el claustro, una de las piezas más destacadas del arte medieval en Cataluña. Además de su valor arquitectónico, la Catedral alberga el Museo Diocesano de Tarragona, que conserva piezas litúrgicas, arte sacro, manuscritos y otras reliquias de gran valor.
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El Castillo del Paborde y la Torre del Arzobispo
La imponente Torre del Arzobispo se alza hoy como el vestigio más visible del antiguo Castillo del Paborde, una fortaleza medieval edificada sobre una torre romana en el siglo XII. Nombrado ya en documentos de 1154 por el arzobispo Bernat Tort, este castillo serviría inicialmente como residencia de los canónigos y lugar defensivo destinado a protegerse de incursiones costeras. Originalmente asociado al prepósito o paborde —administrador eclesiástico—, fue transformado en palacio arzobispal en el siglo XVI, cuando el obispo cambió su residencia desde el desaparecido Castillo del Patriarca.
La actual Torre del Arzobispo, de alrededor de veinte metros de altura, debido a que se aprovechó para su construcción una de las torres de la muralla romana, conserva elementos defensivos. Esta estructura es el único vestigio perfectamente conservado del antiguo castillo y se integra en la muralla romana, representando una unión milenaria entre la antigüedad clásica y el poder eclesiástico medieval de Tarragona.
Las murallas medievales
Aunque Tarragona es conocida por sus imponentes murallas romanas, en la Edad Media la ciudad también reforzó su sistema defensivo con nuevas estructuras que complementaban y modificaban las antiguas construcciones. Entre los elementos más representativos de esta arquitectura defensiva destacan tres torres que aún hoy conservan su presencia imponente.
La Torre de Arandes, situada en un extremo estratégico de la muralla; la Torre de las Monjas, por su parte, debe su nombre al convento de clausura que se ubicó en sus inmediaciones; y la Torre de Tintoré, ubicada cerca de la actual plaza del Pallol.
El Pla de la Seu: corazón monumental de la Tarragona medieval
El Pla de la Seu es mucho más que la antesala de la Catedral: es un espacio que concentra siglos de historia, arquitectura y vida urbana. Situado en lo alto de la Part Alta, este gran espacio abierto nació sobre el antiguo foro provincial romano, pero fue en la Edad Media cuando cobró protagonismo.
Uno de los edificios más emblemáticos del entorno fue el antiguo Ayuntamiento de Tarragona, ubicado en el lateral del Pla. Muy próxima a este espacio se encuentra la calle Merceria, una de las vías comerciales más activas de la ciudad medieval. Y, por último, la Casa Balcells, una construcción señorial que ilustra el auge de las familias acomodadas vinculadas a la administración y a la Iglesia.
Recorrer la Tarragona medieval es sumergirse en siglos de historia, donde cada rincón nos conecta con una ciudad que fue, y sigue siendo, testigo del paso del tiempo y de la riqueza de su legado patrimonial. Shuttle2Sun te ofrece los servicios de traslado compartido y servicios de traslado privado, económicos y sostenibles, desde el aeropuerto de Barcelona, el puerto de Barcelona, el aeropuerto de Reus, el aeropuerto de Girona y la estación de tren AVE Camp de Tarragona.
